La Navidad y el Acontecimiento Guadalupano: CICLO C

La Navidad y el Acontecimiento Guadalupano:
Reflexión para la Homilía del 23 de diciembre de 2018,
Cuarto Domingo de Adviento
Tras las huellas de San Juan Diego

Primera Lectura: Del Libro del profeta Miqueas 5, 1-4 
Salmo: 79
Segunda Lectura: de la carta a los hebreos 10, 5-10 
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-45


Queridos hermanos:
En esta Navidad y en la preparación del corazón que hemos venido haciendo para vivir y celebrar el V Centenario del Acontecimiento Guadalupano, no puedo no relfexionar en lo siguiente y a partir de las Lecturas que Dios nos ofrece en este Cuarto Domingo de Adviento:
En la primera lectura que nos regala el Señor hoy por medio del profeta Miqueas encontramos el relato de que el Rey de Israel vendrá de una ciudad pequeña llamada Belén. ¡Reveló antes de que sucediera, de dónde vendría el Rey de Isarel! Y describe que sus origenes se remontan a tiempos pasados, a los días más antiguos. Y, podemos preguntarnos: ¿qué tiene que ver el nacimiento de Jesús con el Acontecimiento Guadalupano?
Sigamos con la reflexión de la primera lectura y con el salmo y las siguientes lecturas para comprender un poco más esta relación:
El porfeta Miqueas también nos realata en esta primera lectura que “el Señor abandonará a Israel mientras no de a luz la que ha de dar a luz y entonces el resto de sus hermanos se unirá a los hijos de Israel”. Sabemos bien que el pueblo de Israel vivía en la esperanza de la llegada de Aquél Rey que los salvaría. Por otro lado, nosotros, los mexicanos, nacimos de un acontecimiento sobrenatural también maravilloso e impresionante, un acontecimiento por medio del cuál Dios irrumpe en la historia de la humanidad y algo cambia; casi podríamos atrevernos a pensar que el Acontecimiento Guadalupano acontece de manera similar a como aconteció la historia de nuestra Salvación que empieza con la Encarnación del Hijo de Dios, su Nacimiento, su Pasión y Muerte y finalmente su Resurrección. En otras palabras podríamos decir que después de la Resurrección del Señor, el Acontecimiento Guadalupano podría ser el segundo más importante que ha acontecido en la historia de nuestra humanidad. ¿Porqué podemos decir esto? Por muchas cosas, pero hoy reflexionaremos en que es así porque María está viva en la Tilma de Juan Diego, por tanto, este acontecimiento sigue aconteciendo y su mensaje es siempre vivo y actual. Ahora bien, si María está viva y se presenta embarazada de nuestro Señor Jesús, Él también está vivo de una manera especial en el vientre de la Santísima Virgen de Guadalupe quien está en la Tilma de Juan Diego en la Basílica. Podemos decir también entonces que, Jesús nuestro Señor está encarnado en María de Guadalupe y parece entonces estar en estado de espera, pero ¿qué espera? Tal vez podemos decir que en Guadalupe es posible que lo que esperan es que México termine de cambiar. Este cambio, este proceso de transformación, comenzó con el nacimiento de nuestra nación, por medio del cuál María reconfiguró mente y corazones tanto de indígenas como de españoles. Tal vez esperan una viviencia de la fe más profunda, más radical, para que podamos abrirnos al mensaje que Dios nos dirije a través de su Madre y podamos entonces hacer en todo su voluntad. Pero, pongamos también atención en el siguiente párrafo de la Lectura: “Por eso el Señor abandonará a Israel mientras no de a luz la que ha de dar a luz. Entonces el resto de sus hermanos se unirá a los hijos de Israel. (...) Ellos habitarán tranquilos, porque la grandeza del que ha de nacer

llenará la tierra y él mismo será la paz”. El Hijo de Dios ya nació, María ya lo dio a luz en Belén, hace más de 2000 años, sin embargo también lo tenemos en espera en la Virgen de Guadalupe. Los invito a reflexionar en qué significa que Jesús está en espera en el vientre de María en la Tilma de Juan Diego. Debemos reflexionar y hacer el esfuerzo de comprender qué es lo que Dios quiere decirnos con este milagro sostenido por Él en el tiempo.
Algo que puede servirnos de materia de profundización podría ser pensar que Dios, por medio de María, tal vez quiere darnos a luz, naciendo a la vivencia de una fe profunda la cuál podremos recibir si nos abrimos al mensaje de Dios por medio de su Madre en Guadalupe. Esto lo tenemos claro en San Juan Diego. Él, quien fue llevado por María, se abrió a ver la verdad de él mismo, y al mismo tiempo a la verdad del Amor infinito de Dios, esto lo dispuso a recibir el don de la fe profunda por intermediación de Santa María de Guadalupe.
En la segunda lectura, encontramos una clara relación con una de las muchas causas por las cuales Dios intervino en nuestra historia con la llegada de Santa María de Guadalupe: no quería Dios sacrificios humanos, no quería Dios que nuestros indígenas siguieran en la ignorancia del verdadero Dios y del verdadero Sacrificio. Es muy clara la lectura al describirnos que Cristo suprime los antiguos sacrificios, para establecer el nuevo, sacrificio que es la ofrenda de Él mismo hecha una vez por todas y por medio de la cual todos quedamos santificados. Recuerden que los indígenas estuvieron a punto de extinguirse en gran parte por los sacrificios humanos que realizaban. María de Guadalupe les enseña que no es necesario hacer eso porque Jesús se entrega por todos y paran entonces los sacrificios humanos que no eran para nada agradables al Señor.
En la Lectura del Santo Evangelio reflexionamos la visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel. Nos comparte la alegría del reconocimiento del Hijo de Dios en el vientre de María por parte de su prima. Esto me hizo reflexionar en lo siguiente: cuando vamos a la Basílica de Guadalupe, ¿nos alegramos de encontrarnos con Ella, pero sobre todo con Jesús vivo en su vientre? Y esto me llevó a otra pregunta más, ¿nos alegramos de esta manera cuando vamos en la fila para recibir la Comunión, siendo concientes de que recibimos a Jesús vivo?
Tal vez Dios quiere decirnos que nuestro México está sufriendo tanto porque no hemos nacido todavía a una fe profunda. Tal vez Dios está esperando que respondamos al don de María en la Tilma de Juan Diego, tal vez está esperando que respondamos a su importante mensaje. Tal vez también, está esperando a que pidamos ayuda al Espíritu de Dios, al Espíritu Santo para que nos abramos a María y para que Ella nos lleve al encuentro con su Hijo. Tal vez si nos abrimos a este don, Dios nos hará nacer con una fe profunda por medio de María y con esto México podría cambiar, de esta forma también, tal vez, nuestro hermanos de otros países se acercarán a nosotros, a nuestra Madre y de esta manera se acercarán nuestros hermanos como se acercaron los hermanos al pueblo de Israel.
En esta Navidad, agradezcamos primeramente a Dios el don de su persona a través de la Encarnación y el nacimiento de su Hijo nuestro Señor que vino a salvarnos con su propia vida. En segundo lugar agradezcamos a Dios el don y la presencia continua de María de Guadalupe, agradezcamos este Acontecimiento dirigido por Él para nuestra nación y para el mundo, agradezcamos también el don del Espíritu Santo quien dirige nuestras vidas y de quien María está llena, y por último, pidámosle a Dios nos dé la alegría que provoca el encuentro con Jesús vivo.
Finalmente hermanos no se nos olvide rezar diario, aunque sea con un simple y sencillo pensamiento, dirigiéndonos a Santa María de Guadalupe, nuestra Madre amorosa, para pedirle por todos los problemas de cada uno de los mexicanos. Feliz Navidad en compañía de Santa María de Guadalupe y de su Hijo nuestro Señor Jesucristo. Amén. 

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